Lenguaje/Audición


Desarrollo del lenguaje por edades

¿Cómo estimular?

ESTIMULACIÓN DE LAS APTITUDES LINGÜÍSTICAS: DE 0 A 3 MESES

Al nacer, el bebé presta atención a los sonidos lingüísticos, aunque no pueda emitir ninguno por su cuenta, y trata de mirar a la persona que le habla. A partir del segundo mes, comienza a utilizar un par de sonidos diferenciados, aunque sin significado, que reflejan las sensaciones relajadas. A los 3 meses está más atento a los sonidos, mejorando su capacidad de escucha.

Hablar al bebé con un lenguaje hipocorístico, con moderación, es útil para estimular sus aptitudes lingüísticas. Esto significa hablarle utilizando frases cortas y diminutivos, con grandes intervalos entre las frases y una entonación y expresión facial exageradas (baby-talk).
Es importante no caer en el hábito de hablar siempre así porque es un lenguaje muy simplificado y su único valor es que se adapta a la capacidad comprensiva del niño de esta edad.

Pautas y consejos:

1. Interpretar sus llantos y reaccionar en consecuencia.
2. Hablarle a menudo, ya que el bebé intenta sintonizar con los sonidos que oye moviéndose y girando el cuerpo hacia la fuente.
3. Acercárnoslo a la cara para que pueda centrarse en nuestro rostro, ojos y boca, cuando le hablamos.
4. Reaccionar a sus vocalizaciones, sonriéndole y respondiéndole.
5. Utilizar el juego para incitarlo a hablar. En este tipo de situaciones se halla más centrado y más propenso a vocalizar.
6. practicar juegos de escucha con el bebé, llamando su atención con voz muy suave, susurrándole y pronunciando su nombre.
7. Cantar al bebé mientras se le mece.
8. Hacer ruidos fuera del campo visual del bebé para que interrumpa su actividad y se pare a escuchar.

ESTIMULACIÓN DE LAS APTITUDES LINGÜÍSTICAS: DE 4 A 6 MESES

A los 4 meses aproximadamente, es característica la risa, que claramente ocurre cuando le divierte algo. Sobre los cinco, sus cuerdas vocales y músculos fonatorios, así como la respiración, se han desarrollado hasta el punto de que puede emitir una variada gama de sonidos vocales. Un poco después, su parloteo ya no se genera aleatoriamente, sino que se vincula a las personas que le resultan familiares.

Durante este período el bebé se convierte en un participante más activo de la conversación. Por ello empezaremos establecer las bases de los turnos conversacionales, aprendizaje básico y muy importante para todo el desarrollo lingüístico posterior. Así, haremos pausas cuando hablemos con él, e intentará respondernos a su manera durante esas breves pausas, a la vez que le miramos como si esperásemos respuesta.

Pautas y consejos:
1. Mostrarle con un espejo (pequeño o de mano) de modo que él sólo vea su propio reflejo, y luego moverlo hasta que aparezcamos nosotros. Se pondrá muy contento.
2. Convertirnos en modelo cuando articule sonido, así aumentaremos su gama de combinaciones de balbuceos. Es decir, articulamos una sílaba simple una y otra vez y quizá él intente imitarlo.
3. Hablar al bebé deteniéndonos en ocasiones (cuando acabe la secuencia de entonación de frase, aunque no se trate de una frase verbal), para que él empiece a sincronizar su parloteo con nuestra charla, simulando turnos propios de una conversación real.
4. Hablar continuamente al bebé, mientras realizamos las actividades cotidianas. El contacto con el lenguaje es muy importante y estimulador.
5. Estimular su capacidad de escucha y atención haciendo ruido desde diferentes puntos de la sala.
6. Contestarle siempre aunque su balbuceo carezca de sentido.
7. Si se fija en algo, hacerle un comentario al respecto, acercándole el objeto si es posible.
8. Sentarle de cara a nosotros cuando le hablemos. Mientras le sostenemos aprovechamos para cantarle una rima para él. Por ejemplo, bajarle y subirle suavemente sobre nuestras rodillas all ritmo de nuestras palabras.
9. Cantarle cancioncitas inventadas de ritmo simple cuando le cambiamos de pañal, o cuando le damos de comer, etc.

ESTIMULACIÓN DE LAS APTITUDES LINGÜÍSTICAS: DE 7 A 9 MESES

En este período el bebé comenzará a usar la misma combinación de sonidos regularmente e incluso en la misma situación. Este es un signo de que el balbuceo es ya controlado y no aleatorio; por lo tanto utiliza el lenguaje de manera más intencional que nunca antes.

Pautas y consejos:
1. En las actividades rutinarias con el bebé, hacer comentarios (muy simples y adaptados) que requieran una respuesta. Su acción confirmará que ha comprendido lo que le habíamos dicho.
2. Sentados frente al bebé tomándole las manos, se las movemos rítmicamente delante y detrás, mientras balbuceamos con un sonido repetitivo como “bababababa…”. El bebé tendrá la oportunidad de observar e imitar.
3. Cuando esté enfrascado en un juego, le acercaremos un objeto que haga ruido sin dejar que lo vea. Inmediatamente se volverá.
4. Recitarle rimas simples o cancioncillas con sonidos onomatopéyicos, le divertirán y podrá intentar imitar sonidos similares.
5. Jugar a juegos como el “cucú-tras”. Las acciones de aparición repentina del adulto desarrollan la capacidad de atención del bebé cuando intenta anticipar la aparición.
6. Nombrarle los objetos cotidianos a la par que los utilizamos. Se supone que no tiene sentido decirlos, porque no está aún preparado para asociar palabras con objetos concretos, pero recientes estudios demuestran que un niño de 9 meses puede comprender y aprender mucho más de lo que en general tiende a atribuírsele.
7. Los libros ilustrados y sensoriales son un medio de aprendizaje, y el bebé pronto comenzará a reconocer las imágenes familiares de ellos.

ESTIMULACIÓN DE LAS APTITUDES LINGÜÍSTICAS: DE 10 A 12 MESES

A los 10 meses el balbuceo es ya mucho más elaborado, llegando a combinar varias sílabas distintas en un mismo sonido articulado. Responde a su nombre y a algunas consignas sencillas apoyadas de entonación y gestos (“no”, “vamos”,…).
A los once ya vocaliza de una forma más articulada, e imita las melodías de las emisiones adultas. Es capaz de escuchar muy atentamente, y después seguir una orden muy sencilla.
Al año de edad entiende algunas órdenes en situación. Imita o intenta imitar ciertas palabras, y ya dice dos o tres “palabras” diferenciadas, entre la abundante jerga vocálica propia de la edad.

En este periodo no se debe forzar ni presionar al niño para que diga su primera palabra, porque esto puede tener un efecto inhibidor. A esta edad, los sonidos que emita han de ser espontáneos.
Se debe intentar reducir el uso de chupete, porque aunque su uso ocasional no es perjudicial (en momentos que esté más nervioso, o para que coja el sueño), el abuso del chupete o elementos de succión impide utilizar los músculos para articular todos esos sonidos balbuceantes prelingüísticos tan fundamentales para el desarrollo del lenguaje y del habla.

Pautas y consejos:
1. Cantarle canciones y recitarle rimas sencillas, que él intentará imitar a su manera. Esta actividad refuerza su capacidad de escucha y le enseña la naturaleza secuencial del lenguaje. Le demostraremos lo mucho que nos complace que intente sumarse a la canción.
2. Le hablaremos constantemente de lo que alrededor de él se realiza, para que pueda aumentar su comprensión y sus modelos de imitación.
3. Cuando se dirija a nosotros, le escucharemos constantemente, para hacerle llegar el interés que nos despierta que lo haga.
4. Establecer contacto visual pleno cuando el bebé nos hable, imitando sus expresiones faciales, escuchándolo sin interrupciones innecesarias, y responderle después como si hubiéramos entendido el mensaje que intentaba comunicarnos. Será el antecedente de una verdadera conversación verbal.
5. Darles instrumentos sonoros y musicales de juguete porque disfrutará de ellos, no se cansará y además le ayudan a desarrollar las capacidades auditivas y le animan a experimentar con diferentes sonidos.

ESTIMULACIÓN DE LAS APTITUDES LINGÜÍSTICAS: DE 13 A 15 MESES

A los 13 meses el niño reconoce su propio nombre, aunque probablemente no sea capaz de emitirlo.
A los catorce ya utiliza generalmente un vocabulario cada vez más amplio, para participar en situaciones, canciones, etc. Escucha atentamente a otros niños cuando hablan entre sí.
A los quince puede pronunciar una gama más amplia de palabras sueltas (cinco o seis), y comprende muchas más. Puede seguir instrucciones básicas más largas como “deja el juguete” o “toma la galleta”.

Cada niño se desarrolla a su propio ritmo, y aunque la mayoría ya haya dicho su primera palabra a los 15 meses, un significativo número de ellos no alcanzará esta etapa hasta varios meses más tarde. Por ello no hay que preocuparse por la ausencia de esa primera palabra, ya que pueden existir otros signos de que el habla se está desarrollando de forma normal, como la presencia de balbuceos, su participación activa en rimas y canciones, o el aumento de su comprensión del lenguaje.

Pautas y consejos:

1. Introducirle juegos de fingimiento, utilizando muñecos. De esta forma charlará animadamente consigo mismo y con los juguetes. Les encantan las marionetas que se mueven y a las que hacemos hablar.
2. Repetirle todo muchas veces, una y otra vez, siempre con el referente visual de lo que estamos comunicando.
3. conseguir involucrarle activamente con los objetos que le mencionemos. Por ejemplo, aprenderá mucho más rápidamente la palabra “pelota” si juega con ella que si se limita a mirarla pasivamente.
4. Mostrar entusiasmo cada vez que el niño diga una palabra nueva, aunque la pronunciación no sea correcta.
5. Evitar la conducta de responder cuando hace gestos sin producir ningún sonido (siempre que no haya ningún motivo que le incapacite para hacerlo), ya que puede tomar el hábito de utilizar gestos en lugar del lenguaje oral.

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